Ya te debes haber enterado que desde la madrugada del domingo, un grupo de manifestantes ha acampado en la zona del bypass como forma de protesta ante el autoritarismo de la gestión de nuestro cada vez menos querido alcalde Castañeda. Su propuesta es clara: no se moverán hasta que se detenga la obra. Esto nos hace pensar que se quedarán ahí de por vida, porque, como ha quedado claro por los constantes desalojos policiales, la política de esta gestión siempre es y ha sido que las obras deben continuar, cueste lo que cueste, para el fin que sea y con la plata que sea.  

Ahora bien, ¿por qué esta gente sigue ahí, resistiendo día y noche? Quizá sea importante echarle un vistazo a lo que se ampara detrás de su propuesta antes de juzgarlos como un grupo de vagos acampando por las puras.

La idea surgió de forma independiente, me cuenta una de las compañeras que ha estado durmiendo entre cartones y carpas rotas por las últimas 5 noches: un grupo pequeño de personas decidió pasar de la queja viral a la acción directa. ¿Qué implica esto? le pregunto. Son las 10 de la mañana, el sol comienza a vibrar y los efectivos policiales que pronto se abalanzarán sobre nosotros nos miran como a un grupo de jóvenes ilusos que tarde o temprano acabarán por rendirse.

Ella se inspira y me empieza a hablar del potencial de tomar un espacio público. Sus ideas son hermosas, así que trato de escribirlas apresuradamente en mi cuaderno, pero los policías nos interrumpen para desalojarnos de la primera cuadra de la Av. Arequipa, armados de escudos e insultos. Aquí transcribo lo que pude recoger.

Hace tiempo que se nos quiere hacer creer desde las instituciones, desde las autoridades, que el espacio público existe solamente para que la gente lo transite y no para que la gente lo habite. Esa es una extorsión de nuestros derechos contra la cual debemos protestar como ciudadanos. 

Lo que quiere esta municipalidad es que nos comportemos como si fuéramos carros: que lleguemos a un sitio y nos desactivemos, nos estacionemos. Se incita a la gente a ir al cine, al centro comercial, a comprarse ropa, porque no quieren que estemos en un sitio simplemente sin consumir, simplemente hablando. Y las calles son para eso. Los parques son para eso. Las plazas son para eso. El pasto está para sentarse en él, para disfrutarlo, para refrescarse con su rocío. El espacio público existe para que convivamos en él, para compartir, para ser un espacio de diálogo. No es un lugar simplemente para pasar, pasar, pasar.

Hemos decidido mantenernos aquí en la plaza y resistir porque este es un espacio físico abierto, un lugar en el que transita mucha gente diversa a la que queremos apelar y con la cual queremos conversar y debatir sobre lo que está sucediendo en nuestra ciudad, cómo está siendo atacada por un régimen improvisado y autoritario que responde a beneficios privados y que se ampara en la mentira y la desinformación a sus ciudadanos. Para que esta lucha realmente valga la pena, para que realmente nos represente, tiene que ser transversal. No puede quedarse solamente en los círculos intelectuales o las personas que ya están inscritas en luchas sociales, sino que tiene que representar a todas las instancias sociales. Queremos interactuar con los vecinos, con los habitantes de la ciudad. Esa es la ventaja que nos da la acampada.

Por eso queremos proponer una serie de actividades culturales para compartir con los vecinos. El arte acerca a la gente, le da curiosidad, le brinda una experiencia. Tiene un significado especial porque su única finalidad es la expresión en sí misma, no persigue fines de lucro. Por lo tanto, queremos recuperar el sentido del espacio público alrededor del arte como lugar de interacción entre personas que luchan por una ciudad menos autoritaria, menos gris, menos improvisada, menos corrupta y más abierta al diálogo.

Nos interrumpe una señora que ha venido a dejarnos una donación de comida. Hacemos un hurra por la señora Roxanna y le prometemos que si viene por la noche le devolveremos el favor con la proyección de un documental, música, talleres de stencil, performance, lecturas de poesía y una larga lista de etcéteras.  

Si vienes hoy por la noche a la plaza Bélgica, te encontrarás con eso. Un grupo de jóvenes dispuestos a defender la ciudad y cantar, conversar, intervenir en ella mientras lo hacen. Ven y apóyanos con tu arte. Ven y apóyanos con tu presencia. Solo ven y apóyanos. La ciudad te lo va a agradecer.

#TomaElBypass

#LimaEsNuestra

#QueNoTeBypasseen

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